Escribe: Viviana Rodríguez
“No se puede tener todo en la vida”, es una de las frases que más he escuchado en mí todavía corta existencia. Es más, yo misma me la he repetido cada vez que las cosas no me salían tan derechas como las había planificado. Sin embargo, Néstor Jacho me ha demostrado la validez de otra frase, tanto o más famosa que la anterior: “Querer es poder”, porque cuando uno quiere algo con fervor, puede lograr hasta lo imposible.
Desde muy joven, Néstor se preguntaba por qué le había tocado una vida sin oportunidades, porque aunque logró obtener una beca en una academia oportunidades, pre universitaria y ocupar uno de los primeros puestos el día que le tocaba inscribirse fue a pedirle los 60 soles a su mamá, pero la encontró contando hasta la última moneda para poder pagarle a unos prestamistas; entonces, ya no pudo postular y supo que tenía que trabajar para poder pagar sus estudios, e ingresó a trabajar a un colegio como portero y por las tardes estudiaba en un pedagógico, pero al poco tiempo tuvo que tomar la decisión de dejar los estudios porque en el trabajo lo requerían más tiempo, él sentía que todo estaba en contra suya.
Uno de sus hermanos que trabajaba en la minería formal junto a su padre le dice a Néstor que él no había estudiado, pero que ganaba muy bien tú estás perdiendo tu tiempo acá entonces se fue a trabajar con ellos, conoció a su esposa se casaron y formaron una familia, regresó a Juliaca a trabajar en la minería informal y queda ahogado por las deudas de los bancos. Deja la minería para dedicarse hacer taxista de la ruta Juliaca – Arequipa y viceversa, en ese momento se enferma de gastritis y comienza a buscar alternativas para curarse un amigo le recomiendan a una señorita que vende polvos mágicos, acude donde ella y le recomienda Moringa de Teoma, Néstor no creía en el beneficio del producto tanto es así que la vendedora le termina regalando el sobre; “yo consumía bastantes energizantes para mantenerme despierto por lo que manejaba, y tenía otros problemas aparte de la gastritis por más que dormía bien igual tenía sueño durante el día, yo lo tomé y actuó rápido, como si nada llegué a Juliaca como si hubiese nacido de nuevo», indica.
«A la fuerza le di Moringa a mi esposa que sufría de estreñimiento y trombosis, hasta antes de eso yo era muy escéptico de ese tipo de productos por una razón; mi mamá sufría de insuficiencia renal crónica terminal y estaba desahuciada ella tomaba todos los productos que llegaban a sus manos, en ese entonces mi mamá tenía 80 años y se trataba con hemodiálisis. Entonces cuando yo vi en mi esposa, vi en mí y vi en mi hermana que estaba a punto de operarse de la vesícula biliar y se curó me dije esto ya no es casualidad esto es algo bueno y decidí darle a mi mamá, ella pasó por la crisis curativa y al tercer día empezó a miccionar después de 8 años con hemodiálisis para mí fue un milagro”.
El camino al éxito. Comenzó a creer en el producto como medicina, pero nunca había hecho redes de mercadeo, es más, prefería ser taxista que vender productos porque pensaba que lo que se ganaba era muy poco, Néstor tenía algunos meses de atraso con las cuotas de su hipoteca en el banco, se encontraba desesperado y sucede otro milagro se encuentra con un amigo que ya pertenecía a la familia Teoma, este al verlo muy preocupado por el dinero que le hacía falta lo anima a iniciar este tipo de negocio en Juliaca. El amigo le muestra la cantidad que había facturado en esa quincena entonces Néstor se dijo a si mismo yo también puedo hacerlo.
“Tuve que convencer a mi esposa fue la primera en aceptar el negocio y la primera en renunciar el primer día de trabajo porque ella va donde todas las personas que conocía para contar su testimonio y ofrecer el producto, y lo primero que le dicen esta es la misma chola con diferente pollera incluso le tiraron el producto. Mi esposa regreso llorando y me dice esto no va funcionar yo le decía cómo pueden hablar mal si esto no lo conocen. Ella me dijo que volvería a abrir el restaurante porque mis hijos necesitaban comer entonces me dejó solo en el negocio, y yo mismo pinté el local hice mi propio escritorio y puse el letrero de Teoma afuera, pero nadie entró a comprar, ni siquiera a preguntar. Yo no sabía hacer la red, y me sentí muy triste”.
Su esposa pensó que se había vuelto loco porque escuchaba unos audios motivacionales que le dejó su amigo y decía que se iba a volver millonario, ella pide ayuda a la familia para que lo hagan entrar en razón, cuando estos llegaron a su casa Néstor les habló de Teoma y de los productos, pero lejos de incentivarlo lo único que recibió fueron palabras de desaliento y burlas. “Mi familia me pidió que recapacite, que deje el negocio de Teoma, me decían qué futuro les iba a dar a mis hijos, hasta llegué a pensar que había enloquecido entonces acepté que yo estaba en un error, pero yo escuchaba los audios y me motivaba y cada que miraba el producto seguía pensando en el negocio entonces dije mejor me deshago de ellos”.
Los amigos fueron llegando al local pensando que había abierto el restaurant Néstor les invitaba los productos como si fueran un refresco y así la gente comenzó a regresar para preguntar qué les había dado porque habían sentido alivio a sus males. Es así como empieza con la red de Juliaca. Luego viene a Lima a las capacitaciones y empieza a invertir más tiempo y gracias a los primeros resultados que obtuvo su esposa se anima a ingresar a Teoma y se convierte en su brazo derecho. Ahora Néstor junto a ella llevan abundancia por todo Juliaca.
“Ya a los 6 meses generaba mis ganancias y en un año tres meses ya había controlado todos los bancos y en cuatro años Teoma me entrega la primera camioneta después mi esposa se gana dos carros en un mismo año”
Ha podido cambiar muchas vidas; “El concepto que nosotros tenemos de Teoma es que puede ayudar a muchas personas no solo en lo económico sino también en la salud y no se necesita tener dinero para hacer este negocio ni tener mucho dinero para consumir estos productos porque hay muchas formas de sacarlo gratis eso es lo que nosotros aplicamos acá. Ahora con la estabilidad que me da Teoma puedo brindarles una educación de calidad a mis hijos”.