Los padres cada vez están más preocupados con el uso indebido de las tecnologías por parte de los niños. Hace unos años causaba inquietud que los niños vieran mucho tiempo la televisión. En la actualidad la preocupación viene del empleo excesivo de tabletas y smartphones. Por ejemplo, en una tarde de verano aburrida, un niño puede estar más de cinco horas viendo la televisión y jugando con la tableta y el móvil. Los niños necesitan salir a la calle, jugar, divertirse y comunicarse con otros niños.
Incluso los bebés y los niños menores de seis años usan excesivamente estos electrónicos. Dolores de cabeza, problemas de cervicales o trastornos del sueño son algunos de los efectos negativos de este empleo indebido. Hay que tener cuidado con la edad a la que les compramos el primer móvil a nuestros hijos.
Por primera vez se ha publicado un estudio que analiza cómo afecta a los menores de tres años y que concluye que influye negativamente en su forma de dormir. Según el estudio realizado en la Universidad de Londres, hay una correlación muy clara entre el uso de pantallas interactivas por parte de niños de entre seis meses y tres años y una reducción en el tiempo que pasan durmiendo.
Afecta al desarrollo cerebral de los niños: La utilización excesiva de las tecnologías, según el estudio, puede acelerar el crecimiento del cerebro de los bebés de 0 y 2 años de edad. Esto podría asociarse con déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad y de la falta de autocontrol (rabietas).
Retraso en el desarrollo del niño: El excesivo uso de las tecnologías puede limitar el movimiento. Como consecuencia, puede afectar al rendimiento académico, la alfabetización y la atención. Este sedentarismo puede llevar a un aumento de la obesidad infantil y a problemas de salud vasculares o cardíacos e incluso diabetes.
Alteraciones del sueño infantil: Los niños que utilizan de noche estos aparatos en sus habitaciones suelen tener más dificultades para conciliar el sueño. Los padres no suelen supervisar el empleo de la tecnología en sus habitaciones. Esa falta de sueño afecta a su rendimiento académico.